jueves, 28 de marzo de 2013

Sunny Nelson


Mi nueva casa, solo un mes.

La temprana mañana del último día de febrero, con Mery, mi nueva compañera de ruta, tomamos el ferry rumbo a la Isla Sur. Nuestro preciado destino, ya que ambas estábamos con ganas de conocer y vivir aquí.

Un cruce exquisito, por los sounds que van abrazando e invitando al “Elaida” a entrar a Picton. Una mañana brillante.



Nelson, una pintorezca cuidad con el mejor clima del país, nos recibió amigable. Nos recogió entre sus callecitas repletas de flores, y algo despobladas.

La suerte hizo que luego de buscar algunos alojamientos donde vivir y trabajar nos encontremos con el Príncipe Alberto. No se bien si fue la suerte, o es que nos buscábamos mutuamente.

Nani y Mike, los jóvenes dueños de Prince Albert estaban ansiosos por encontrar otros wwoffers, y Mery y yo, ansiosas por trabajar por acomodación. Y medio de casualidad, mientras yo hacía una prueba en una hostel de medio pelo para trabajar ambas, Mery decidió entrar a preguntar en este precioso hostel, encontrándolo perdida en su ruta a la corte de justicia.

Como las casualidades no existen, y las cosas pasan porque así tienen que ser, nos encontramos each other!! Y vivimos. Y trabajamos. Y disfrutamos. Y compartimos.



Conocimos en el camino a una italiana encantadora, con quien compartimos el cuarto y varias charlas en varios idiomas.



Entre tanto, busqué, aunque no arduamente, y no encontré trabajo. En la pintoresca cuidad al parecer buscan gente que trabaje prolongadamente, y yo no lo iba a hacer… así que… qué más da? En vez de gastar dinero en Nueva Zelanda sin trabajo, por qué no gastarlo en Asia!!!

Y así fue, como me decidí a viajar (sola) a la tierra prometida, el próximo domingo de pascua! Será un renacer?

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