Entendido como pueblo de la reina, pero
literalmente "reina del pueblo", Queenstown me despide de Nueva
Zelanda con un hasta pronto.
Dueña de un paisaje particularmente similar a
nuestra Patagonia, pero no llegando a ser tan hermosa como nuestra Villa La
Angostura, las colinas amontañadas a orillas del lago me dejaron sin
aliento una mañana otoñal, al querer divisarla desde una panorámica.
Cuidad totalmente turística: deportes extremos
y lago, montaña y cielo para provocarlos; jóvenes sedientos de cerveza y varios
bares para complacerlos.
Llegamos una mañana luego de recorrer unos cien
km desde Wanaka, dos argentinos y una francesa. Recorrimos, observamos,
averiguamos. Aprovechamos la cena y cerveza gratis, y conocimos su noche.
Tuvimos una baja, y quedo sólo el plantel latino. Sumamos uno más. Subimos la
montaña, esquivamos los mountain bikers (de todas las edades), y admiramos toda
la cuidad. Seguimos caminando, y descansamos en la playita. Despertamos, y
conocimos Arrowtown, en los colores otoñales.
Y pasé del plural al singular. Y seguí… tenía
que despedirme de NZ
Pase tres días, a sol radiante, contemplando y
caminando el paisaje, y despidiéndome hasta la próxima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario