Pasaron al menos diez días desde que deje Krabi.
Una mezcla de sensaciones.
Poco tiempo, muchas cosas.
Me dispuse a moverme una vez más, dejar atrás el sur y las paradisiacas playas para ir al encuentro y la búsqueda del disfrute de los templos y la cultura, u entre tanto, una buena compañía.
Bien sabía que Marula, una de mis compañeras y amigas de Nueva Zelanda estaba en Bangkok con la hermana viajando. Me paso las coordenadas de su ubicación, y yo, medio perdida, pero con el sentido de la ubicación que mi GPS internó siempre me dio, la fui a buscar!!
Luego de unas calles revoltosas, mucha gente muy temprano caminandolas (ya les contaré el por que) y varias indicaciones con un inglés medio indio, encontré el hostel, aunque no a ellas... Y bueno, tiempo al tiempo, internet mediante, escucho unos golpecitos en la puerta de mi habitación y unos rulos hermosos que venían a mi encuentro seguidos de un cálido abrazo!!!!
No uno, varios. Seguida de Maru estaba Agus, su hermana, y Viki y Bianca, amigas. Desde ese momento y hasta ahora estamos compartiendo el viaje. Muchos momentos, nueva cultura, tanta charla. Y ánimo!!!
Pasamos en Bangkok 3 días: el reencuentro, el songkram, los temolos y el viaje en tren.
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