viernes, 30 de noviembre de 2012

Detalles y rarezas

-->
No hay perros!!! Solo vi dos o tres, con suerte. Eso explicaría parte de la limpieza de la cuidad.

Es sabido, se maneja de la derecha. Lo que nunca supe es que hacían con la palanca de cambios y los pedales… de qué lado? Respuesta: son automáticos!!! (nunca creí decir esto pero… qué ganas de manejarlos!!)

Dado el punto anterior, la circulación es alrevés... Señora!! Mire primero hacia su izquierda y luego a su derecha.... Cuidado!!! La pisan!!!

Niños? Bien gracias!! (Será como los perros?)

Muuuchos asiáticos e hindúes. Me sorprendió!!!

Los semáforos cortan todos juntos en los cruces, y cuando da el verde del peatón la gente cruza para todos lados!!

Ya está todo decorado de navidad. ¿No saben que se arma el arbolito el 8?!!! Sí, ese mismo día que mis abuelos cumple 50 y muchos años de amor!!!

No es raro, sino un ejemplo: se controla mucho el medio ambiente, el uso responsable de la luz y el agua, la basura. Copien!!! Esto explicaría la otra parte de la limpieza de la cuidad.

Hacer el IRD, abrir una cuenta de banco 10 minutos, como mucho… acá todavía no llegó la empleada pública de Gasalla!! (qué tal vendrá para implementar en el ministerio?).

El supermercado: un paraíso!!!

Ya lo dije: mucho primer mundo tecnológico, pero unos ratones con el suministro de Internet!!! 4 AUD la hora en el hostel, un afano!!! Aprendan de Bolivia, free wifi o Internet en el hostel!!! (Aprovecho a recomendar: Latnoamérica, Calle 13)

Dejá tranqui la compu tirada en la cama, a nadie se le ocurre llevarse nada que no le corresponda.

No gente, Auckland no es la capital de Nueva Zelanda, es Wellington.

Muy a mi pesar, no me recibieron con el Haka en el aeropuerto =( (no era como en Hawaii y el ula ula?)

Ahora sí, desembarcando en NZ!!!


No sólo me animé a viajar sola, sino a ser improvisada al mismo tiempo. Un combo algo explosivo, o mas bien, implosivo!

Lo improvisado del viaje era que llegaba a Auckland y llamaba a Mari, quién me diría si estaban en Auckland, Taupo, Paihia, o la luna! Llegué, no me pude comunicar, no había reservado hostel, tenía algún recuerdo de cómo llegar a la cuidad y evidentemente una cara de susto que el finlandés con quien compartí el avión se apiadó de mi y me ofreció ir en la combi que lo llevaba también a el hasta la cuidad. Recordé un hostel que había visto, una cadena de las más conocidas acá y donde estaba otro conocido (les presento, Tomás, amigo del novio de una amiga, que conocí en el mismo vuelo a Sydney). Y fui. Y llegué. Y no me gustó mi cuarto. Y no encontré a nadie…. Y ahí: implosión!!!

Esos momentos es donde digo: Quiero a mi mamaaaaa!!! ¿Quién me mando a meterme en esto? Y ahí, entre el poco wifi gratis que existe en el ¿primer mundo? y el ratoneo argentino por no pagar Internet (si nosotros tenemos en todos lados!) encontré una conexión, y algunos desvelados (claro, 16 horas es complicado). Gracias tía porque siempre estás! Gracias amor por ser mi cable a tierra!

Quise a mi mamá, no la encontré. Todavía no la encontré más que por mail y quiero!!! Entre la diferencia horaria y los no teléfonos, mi celular que no funciona y el no wifi free es complicado. Pero todo llega, tarde o temprano!!

El que busca encuentra, y mejor si lo hace con paciencia y tranquilidad. Y así fue, cambie la energía, volví al hostel y me encontré con Tomás, que no estaba solo. Y fuimos a comer con todos ellos: nigerianos, francés, argentinos. Un popurrí divertido.

No estuvo tan mal al final del día!

Rápido, al otro día, previo check out y comunicación con Mari y Álvaro, fui a sacar el pasaje a Taupo, cuidad donde me encontraría con ellos, y hacer los trámites del IRD (algo así como el CUIL) y la cuenta bancaria.

Casi casi pierdo el micro…

Welcome to Sydney!!

Siempre quise conocerla.


Hermosa cuidad. Gigante. Impactante. Ordenada. Limpia. Cosmopolita. No tan verde como me gusta, pero con la mejor bahía que conocí.
Llegué con tres horas de retraso, pero tal orden dejó que camine tranquilamente a tomar el tren/subte el cual me dejo en la esquina del hostel. ¿Suerte de principiante?


Hostel muy lindo. Hay muchos extranjeros, obvio, pero en su mayoría europeos. Compartí la habitación con dos inglesas, dos alemanas y una malaya. Primer momento a darme a conocer y mostrar mis dotes lingüísticos. Claro, me mandaron a una habitación donde la ultima huésped no hizo su check out y se quedó… si se quedo Euge sin cama… pero rápidamente, mis dotes hicieron efecto y vinieron a desalojarla!! Jeje

Habré caminado cerca de 10 km recorriendo la cuidad? Dicen que la mejor forma de conocer una cuidad es recorriendo sus callecitas y charlando con su gente. Esta vez la charla te la debo, era mucho de golpe… pero la gran caminata estuvo! Y si no me creen, check the map!!
Koala por medio (sí!!! Mi animal preferido, desde siempre!!) me saqué “algunas” fotos con la opera y el bridge, y volví para relajar las patas y dormir…

Las fotos las colgaré la próxima, toavía no sé como bajarlas!!!

Mañana sería, otro día agitado.

Arrancando la aventura


Miles de sensaciones: algunas maravillosas, otras escalofriantes

Viajar solo es una experiencia diferente a cualquier otra. Los argentino sabemos muy bien el ser social. Nos criamos con una familia que nos contiene, en la mayoría de los casos. Compartimos con amigos que más de uno son para toda la vida, incondicionales. Nos gusta juntarnos, acompañarmos, compartir. Tal vez sea por eso nuestro mate tan representativo.
Viajar solo es eso, soledad, pero también es sacar el argentinismo de adentro y empatizar, sociabilizar con el mundo, darte a conocer.
Tengo la alegría y la fortuna de tener unos maravillosos padres, los mejores. Aquellos que supieron darme absolutamente todas las herramientas para poder ser, y la libertad para crecer siendo.
Tengo una familia que me acogió y me acompaño en todo ello, en mis idas y venidas. Mi hermana que con sus celos no hace mas que cuidarme y quererme. Un hermano postizo que calmo aquellos celos y más de una vez fue esa oreja que yo necesitaba. Mis abuelos, los cuatro, que me mal criaron y me dieron todos los gustos, pero que con ello siempre que guiaron por el camino correcto.
Tengo mi novio, mi compañero de aventuras, que con los encuentros y desencuentros vamos creciendo y recorriendo juntos nuestra aventura, quien sabe como calmar las ansias y tranquilizar mis nervios, darme valor para enfrentar lo que tenga que venir y la frescura que me falta, y le sobra.
Mis amigos, esos que aprendí que son los contados con los dedos, que están siempre, aunque no en cuerpo, si en alma… viejos, nuevos; frecuentes, esporádicos… No los hace la cantidad, sino la calidad. Mi último hallazgo fue una personita (y media) que me dio el empujón para venirme sola!! ;)
¿La distancia hace esto?  ¿Recordar cada detalle de cada uno? ¿o será la soledad?
Al caso, qué más da… está bueno hacer un parate, irte lejos y ver desde el otro lado del mundo la vida, o no?

lunes, 26 de noviembre de 2012

lunes, 5 de noviembre de 2012

Quem morre?


Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito,
repitiendo todos los días los mismos trayectos,
quien no cambia de marca.
No arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.

Muere lentamente
quien hace de la televisión su gurú.

Muere lentamente
quien evita una pasión,
quien prefiere el negro sobre blanco
y los puntos sobre las “íes” a un remolino de emociones,
justamente las que rescatan el brillo de los ojos,
sonrisas de los bostezos,
corazones a los tropiezos y sentimientos.

Muere lentamente
quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo,
quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño,
quien no se permite por lo menos una vez en la vida,
huir de los consejos sensatos.

Muere lentamente
quien no viaja,
quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra gracia en si mismo.

Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.

Muere lentamente,
quien pasa los días quejándose de su mala suerte
o de la lluvia incesante.

Muere lentamente,
quien abandona un proyecto antes de iniciarlo,
no preguntando de un asunto que desconoce
o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.

Evitemos la muerte en suaves cuotas,
recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor
que el simple hecho de respirar.
Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos
una espléndida felicidad.

Martha Medeiros